Psoriasis

La psoriasis es una enfermedad cutánea inflamatoria, autoinmunitaria, crónica y recidivante, que se manifiesta de formas muy variadas, cursando en empujes y remisiones. Tiene una gran afectación de la calidad de vida.

Es una enfermedad muy frecuente, afecta al 1-3% de la población, sin predominio de sexo. Se debe a un recambio acelerado de las células de la piel mediado por un fallo en el sistema inmune.

Puede haber antecedentes familiares, sobre todo en aquellos pacientes en los que aparece precozmente. Tiene una distribución bimodal, con un pico de incidencia en la tercera década (precoz) de la vida y otro en la sexta década (tardío). 

Hay factores externos que pueden desencadenar empujes y que por tanto deben ser evitados: traumas físicos (algunos pacientes desarrollan lesiones de psoriasis en zonas de la piel que han sufrido algún traumatismo o rascado), infecciones, estrés, fármacos

Es de diagnóstico clínico, ya que las lesiones son muy características: la lesión elemental se presenta como una mancha roja de tamaño variable, a veces sobre elevada, con bordes bien delimitados y cubierta por escamas blanquecinas. Aparecen de forma simétrica y sobre áreas de piel expuestas, por lo que con frecuencia se localizan en codos, antebrazos, rodillas o región lumbosacra. También es frecuente encontrar psoriasis en el cuero cabelludo y las uñas. La expresión clínica puede ser muy variada, desde formas muy leves con pocas lesiones hasta psoriasis que afectan a toda la piel. 

Existen otras formas clínicas: psoriasis invertida (afecta pliegues);  psoriasis en gotas (manchas más pequeñas en tronco y extremidades, generalmente a edades tempranas, precedida por cuadro faríngeo estreptocócico o infección perianal estreptocócica); psoriasis eritrodérmica (manifestación grave que afecta a toda la piel); psoriasis pustulosa (localizada en palmas y plantas o generalizada; además de las lesiones típicas previamente descritas, aparecen pústulas); psoriasis ungueal, psoriasis de cuero cabelludo

En algunos pacientes puede aparecer como única manifestación extracutánea la artropatía psoriásica (afectación de las articulaciones en el curso de la enfermedad). Su diagnóstico debe realizarse en forma temprana y debe ser evaluado por un reumatólogo. Se asocia a compromiso de uñas, cuero cabelludo y pliegue interglúteo.  

Por tratarse de una enfermedad crónica, el tratamiento debe enfocarse en remitir el empuje actual, evitar nuevos empujes y prolongar periodos libres de enfermedad. Tratar factores desencadenantes, evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.  

El abordaje debe ser individualizado, en función del tipo de psoriasis y características de cada paciente, teniendo en cuenta tanto aspectos físicos como psicológicos, familiares y sociales de los pacientes.

Por lo general, los pacientes con psoriasis leve se controlan con tratamiento tópico. Se utilizan fundamentalmente los corticoides tópicos.

El tratamiento sistémico está indicado en los pacientes con formas más severas. La fototerapia es el primer escalón de tratamiento ya que ha demostrado gran eficacia, pocos efectos adversos y periodos largos de remisión.

Los fármacos biológicos son moléculas que bloquean vías inflamatorias específicas que están alteradas en la psoriasis. Consiguen tasas de aclaramiento casi total en un porcentaje muy elevado de pacientes.