Nevos

Los nevos o lunares son tumores benignos de la piel formados por la acumulación local de melanocitos. 

El melanocito es la célula encargada de producir melanina, pigmento que nos protege de los efectos de la radiación ultravioleta. El color de nuestra piel y nuestra respuesta de bronceado están condicionados por la mayor o menor cantidad de melanina y su distribución en nuestra epidermis. Las pieles más oscuras y las claras que se broncean con más facilidad muestran mayor resistencia al cáncer de piel que aquellas a las que les cuesta más broncearse. 

Tener muchos lunares también aumenta el riesgo de cáncer de piel, en particular de melanoma. Algunos genes podrían también favorecer la aparición de melanoma con independencia del número y tipo de nuestros lunares y del color más o menos oscuro de nuestra piel.

La variedad es enorme, atendiendo a su tamaño, color, momento en que aparecen (congénitos o adquiridos). También a si son planos, sobreelevados cupuliformes, sobreelevados papilomatosos y su aspecto histológico: cuando se examinan con el microscopio tras su extirpación. 

A menudo, distinguimos entre lunares típicos y atípicos. Los “típicos” suelen ser simétricos, redondeados, con borde regular. La coloración es marrón homogénea o con ligeras variaciones de tonalidad entre el centro y la periferia. Su tamaño suele ser inferior a 6 mm, aunque puede ser ampliamente superado en los nevos congénitos. Los “atípicos” pueden mostrar ligera asimetría, borde algo irregular, coloración algo más heterogénea y tamaño con frecuencia superior a 6 mm.

En los lunares malignos (melanomas) estas características se van acentuando progresivamente. Los cambios relativamente rápidos o mantenidos en un lunar pueden ser la principal señal de alarma de que se trata de un melanoma. 

Es fundamental el control anual con médico dermatólogo para revisión de lunares. En los pacientes con un número elevado de lunares o con lunares clínicamente atípicos se realiza la vigilancia con mapeos corporales completos con equipos de dermatoscopia digital. Así evitamos la extirpación innecesaria de lunares atípicos pero estables y benignos, y favorecemos el diagnóstico precoz de melanoma.