El carcinoma basocelular es el más frecuente y el menos agresivo, aunque puede ser localmente agresivo, sobre todo en cara. El carcinoma espinocelular es la segunda forma más común de cáncer de piel no melanoma. Por último, el melanoma es el menos frecuente (2% de los tumores malignos), pero el más agresivo y el que causa la mayoría de las muertes debido a su tendencia a producir metástasis cuando es de diagnóstico tardío.
La radiación solar excesiva sin duda favorece la aparición de estas 3 formas de cáncer de piel, aunque la relación entre el sol y los diferentes tipos y subtipos de cáncer de piel es compleja.
PREVENCIÓN
La mayoría de los cánceres de piel pueden prevenirse. Las estrategias preventivas pueden lograr una reducción del número de casos y disminuir el número de muertes. La medida de prevención primaria más efectiva es tener hábitos de fotoprotección, lo cual se consigue mediante la educación en salud y campañas preventivas.
El principal factor de riesgo para el cáncer de piel es la exposición a la radiación ultravioleta (rayos UVA/UVB) proveniente del sol y de las camas solares. Por esto es importante conocer el índice UV, un identificador de los niveles de radiación ultravioleta que llegan a la superficie terrestre en un lugar y tiempo determinado, que además proporciona información sobre las medidas de protección (OMS). El índice UV se mide en niveles: nivel bajo (1-2), nivel medio (3-5), nivel alto (6-7), muy alto (8-10) y extremadamente alto (+11).