Hoy en día, un motivo de consulta frecuente es el de pacientes que acuden a un médico dermatólogo para mejorar el aspecto de una cicatriz. Sea cual sea el motivo de su aparición, cuanto más precozmente se trate, mejor.
¿Se puede eliminar totalmente una cicatriz?
Es importante ser consciente de que no es posible quitar una cicatriz dejando en su lugar la piel intacta. Sin embargo, los tratamientos actuales para cicatrices pueden atenuarlas hasta el punto de que sean muy poco visibles o incluso imperceptibles.
Todo el proceso de cicatrización puede derivar en diferentes resultados, y presentarse distintos tipos de cicatriz, entre ellas, las llamadas normales, las cicatrices atróficas, hipertróficas, queloides o las contracturas. El tipo de cicatriz que tenga el paciente va a definir si se indica un tratamiento tópico o si es necesario, además, aplicar algún láser para cicatrices y, en todo caso, cuál se utilizará.
Las cicatrices normales son las que dejan una línea fina, que muchas veces tiene el mismo color de la piel o, en ocasiones, es apenas más oscura. Las atróficas son cicatrices adelgazadas o deprimidas (por debajo del nivel de la piel) que se forman generalmente como consecuencia del acné. Las cicatrices hipertróficas a diferencia de las anteriores, se generan por un exceso de producción de colágeno y son sobreelevadas. Las cicatrices queloides son cicatrices elevadas pero además desbordadas, que se extienden por encima de los límites de la herida. Este tipo de cicatrices son comunes en las pieles oscuras y es una de las cicatrices más difíciles de tratar. Las contracturas son cicatrices producto, generalmente, de quemaduras. El tejido, en este caso, produce una contracción y deforma la zona afectada.
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